Etimología
palabras claves y relaciones:
I.
La infidelidad.
La palabra infiel e
infidelidad del prefijo “in” es un privativo o negativo,
también derivado del latín, la palabra fidelidad incluye principalmente el tema
de la confianza, la fe y la palabra
empeñada, por lo tanto se alude a la infidelidad cuando existe una
ruptura, ausencia o falta de confianza o
fe. La palabra infiel se utilizó en castellano inicialmente para referirse a
las personas que profesaban una fe
distinta a la católica apostólica romana, con este calificativo se acusaba y
perseguía a los judíos, protestantes y musulmanes en España.
II.
El adulterio.
La palabra adulterio
deriva de la palabra latina adulterare que significa “alterar”, “falsificar” y “deshonrar”,
de ella deriva posteriormente la palabra adúltero/a, reservada para quien
comete adulterio. La palabra latina adulterium proviene de dos términos: “ad”,
preposición que significa “a” y “alter” que significa “otro”, estas raíces
lingüísticas se refieren por lo tanto a una relación con otro, alguien distinto
de la unión conyugal.
Relación
entre Infidelidad y adulterio.
Usualmente se
utilizan estos términos como sinónimos, pero existe una diferencia entre ambos,
según la real academia de la lengua española; adulterar significa “viciar” o “falsificar una
cosa”, “corromper” o “mezclar”. El vocablo adulterio es un término que se
utiliza para aquellos que teniendo un vínculo legal con otra persona, estando
casados, mantienen relaciones sexuales con un tercero que no es el marido ni la
esposa. Por lo tanto se denomina adulterio a las infidelidades dentro del
matrimonio, constantes u ocasionales con un tercero, sin hacer referencia al
vínculo afectivo sino exclusivamente al aspecto sexual de la relación. Es un
término que se utiliza principalmente a nivel legal y su uso es más restrictivo
que el de infidelidad.
I.
Infidelidad y género:
La infidelidad en la mujer.
Desde los tiempos
remotos se cree que las mujeres son más fieles que los varones, si bien con el
transcurso de la sociedad esto está cambiando progresivamente aunque se nota
que los porcentajes se tienden a emparejar, todavía los niveles de engaños e
infidelidades son menores en las mujeres. Como respuesta de este fenómeno, desde la
antropología podemos decir que la mujer o la hembra en las comunidades
primitivas tiende a quedarse cuidando de su familia, la tarea frecuente de las
mujeres en la mayoría de las tribus primitivas está relacionada con el cuidado
de la descendencia, incluso hoy día el cuidado de los hijos pequeños está más
asociado con una labor femenina.
La mujer no tenía
tiempo de ocuparse en tener relaciones por fuera de la pareja, ya que debía
estar concentrada en las tareas domésticas y el cuidado de sus hijos, mientras
el hombre primitivo era el que habitualmente salía a cazar y posteriormente el
varón moderno era quien salía y debía traer el sustento mediante el trabajo, la
mujer era la que habitualmente se quedaba en la casa ocupándose de las labores
hogareñas y los hijos. Con la llegada de la modernidad se ha ido modificando,
pero todavía hoy esta división de tareas tiene gran influencia y puede generar
ciertas dificultades.
Las mujeres
socialmente han avanzado mucho en cuanto al reconocimiento de sus derechos,
pero aún hoy existe una discriminación que en algunos casos es marcada, es
decir, la presión social hace que las mujeres no se permitan vivir la
sexualidad tan libremente como el hombre. Las mujeres habitualmente desde los
valores sociales tradicionales, sólo pueden disfrutar de su sexualidad dentro
de una relación de pareja monógama, por lo que las infidelidades son mal
vistas.En general las mujeres no suelen tener aventuras fugaces, pero en el
caso de que esto ocurra tienden a ocultarlo porque tienen temor de ser
señaladas o juzgadas por sus conductas, con mucho más rigor que los varones. Generalmente
cuando en la pareja ha habido engaños, si la mujer se ha enamorado de otro
hombre es probable que quiera terminar con su marido, en cambio los varones
incluso enamorados tienden a perpetuar ambas relaciones y son más reacios a
terminar con su matrimonio. Parece ser que la mujer tiene mayores dificultades
de compartir su amor con dos personas, en cambio a los varones esto les resulta
algo más fácil.
A las mujeres en general les afecta más que
sus maridos se enamoren de otra, en cambio los varones se sienten más
traicionados si su pareja tiene sexo con otro. Sin embargo, para las mujeres
una aventura aparece como la secuela de una larga relación de pareja
insatisfactoria, no suele ser común que una mujer sostenga un amante por el
sólo hecho de obtener buen sexo de él, cabe mencionar que a las mujeres que
viven en comunidades más tradicionales o aquellas que aún mantienen esquemas de
pensamiento conservador tienden a tolerar las infidelidades o los engaños de su
pareja, mientras las mismas se mantengan dentro de ciertos límites.
Antiguamente la mujer tradicional era muy dependiente del varón, no se
preocupaba por su autoestima y en general su opinión no era tan tenida en
cuenta, por eso solía aceptar cualquier condición y muchas veces toleraba en
silencio incontables infidelidades de su marido.
En la actualidad, las
mujeres son más independientes, libres y buscan una relación más igualitaria,
ya que sale más de su casa, va a trabajar, a estudiar, tiene proyectos
personales y profesionales propios,esto hace también que se le presenten más
oportunidades que antes, si bien hay algunas que todavía aceptan ese tipo de condiciones,
ya no están tan dispuestas a convivir con los engaños e infidelidades de su
marido. En la mayoría de las sociedades occidentales y en particular en las
grandes ciudades los porcentajes de varones y mujeres infieles tienden a
equipararse, aunque todavía los hombres lleven la delantera, esto se explica
por varias razones, la mujer como se menciona ya no tiene un rol pasivo en su
vida, además está más dispuesta a buscar otros caminos cuando encuentra
dificultades en su pareja.
Las edades en donde la
infidelidad se da con mayor frecuencia en las mujeres es un poco más elevada
que en el hombre, entre los 35 y 50 años, si bien tanto en varones como en
mujeres las fantasías suelen aparecer mucho antes y coinciden en cuanto a los
tiempos, los varones parecen tomarse los permisos y pasar a la acción más
tempranamente. Respecto del perdón, habitualmente las mujeres con más facilidad
vuelven a creer en los varones si estos se arrepienten realmente, en cambio a
los varones les cuesta más si ellas los engañaron. En general cuando salió a la
luz la infidelidad en una pareja, es más fácil superarla si fue llevada a cabo
por el varón que si la protagonista fue la mujer.
II.
Engañadores y
engañados: rasgos y características de personalidad
Se señala a través
del estudio de “Fidelidad e Infidelidad
en las Relaciones de Pareja” del psicólogo argentino, Camacho, sostiene
lo siguiente:
“es difícil hablar de
características homogéneas, ya que todos podemos potencialmente ser engañados,
lo cual hace casi imposible dar estilos o rasgos de personalidad definidos.”Camacho,
Javier. 2001. Fidelidad e Infidelidad
en las Relaciones de Pareja. Página 68. Cap.7.
Camacho, indica que
sólo de las características de aquellas personas que son sistemáticamente engañadas,
que soportan o aceptan las infidelidades de su pareja se podría determinar
algún cambio de personalidad, ya que, las personas engañadas tienden a tener
una autoestima baja, son inseguras, dependientes, tímidas, retraídas, a su vez, les cuesta hacerse valer y
respetar.
Usualmente son
personas tolerantes y pacientes que priorizan los deseos y necesidades de su
pareja por sobre los de ellas de mismas, suelen establecer vínculos fuertes y
sólidos, son leales y fieles con sus amigos aunque su red social que
generalmente, es reducida. Tienden a ser personas idealistas y románticas, que
priorizan la imagen y la forma de su pareja para el exterior a la realidad de
su vida afectiva diaria.
En resumen son
personas confiadas y a veces en casos graves pueden ser negadoras, prefiriendo
no ver ni lo obvio, tienden a justificar a los otros y suelen ser más
comprensivas con los demás que con ellas mismas, ya que, valoran mucho las
relaciones de pareja y respetan profundamente los vínculos afectivos, de este modo,
tienden subestimarse y descalificarse, les cuesta aceptar los elogios y
halagos. Los rasgos de dependencia pueden ser muy marcados y en algunas
ocasiones las personas que son regularmente engañadas no pueden imaginar la
vida fuera de una relación de pareja principalmente por que poseen creencias y valores muy altos respecto de las
relaciones de pareja, en general son personas que no tienen o no tuvieron
muchas experiencias afectivas es probable que se sientan más feos/as, más
tontos/as y menos exitosos/as o simpáticos/as que sus parejas.
En casos graves puede que se sientan
responsables por las infidelidades al pensar que ellos son los únicos culpables
de que su pareja lo/la engañe, al no dar lo que se espera de ellos. Estas
personas suelen tener una autoestima muy baja y se suelen exponer a situaciones
de abuso, en general tienden a pensar que se tienen merecido lo que les pasa.
Puede que tengan un trastorno de personalidad dependiente y que por temor a
encontrarse solos/as acepten cualquier tipo de trato o condición por parte de
su pareja.
III.
Riesgos de la infidelidad: Los riesgos
psíquicos.
Entre los riesgos
psíquicos o psicológicos el principal es el estrés que puede tener manifestaciones
de todo tipo: desde síntomas leves como irritabilidad, alteraciones del sueño e
hipersensibilidad hasta ataques de pánico, problemas con abuso de sustancias,
aumento de los problemas cardíacos, gastrointestinales, cefaleas, accidentes,
etc. Esta es una manifestación normal y natural de los seres humanos que
permite la adaptación y la supervivencia., ya que, la ansiedad tiene un
mecanismo de autocontrol que en algunas ocasiones se pierde y genera las
respuestas típicas del estrés. En la infidelidad y los
engaños, la presión de tener que esconder evidencia, la sobrecarga genera el
gasto de energía mental al tener que inventar excusas y coartadas para evitar
ser descubierto suelen generar un nivel de ansiedad alto, que puede generar
situaciones de estrés, además, a esto se le agrega el gasto de energía física
extra que implica mantener varias relaciones y las sensaciones de temor por ser
descubierto, el estrés está garantizado. Esta situación si se prolonga a lo
largo del tiempo puede traer consecuencias graves ya que afectan la salud en
general con manifestaciones de todo tipo. Para algunas personas
que tienen una vida monótona y rutinaria, quizás este aumento de la ansiedad
puede ser vivido en un primer momento como algo positivo ya que lo viven como algo
divertido y novedoso que aporta un poco de emoción a su vida. Sin embargo, si esto
se extiende o la persona se ve expuesta a situaciones difíciles: tales como ser
descubierto, el estrés puede traer consecuencias, desde simples síntomas
inespecíficos hasta serios problemas de salud. También puede haber riesgos de
que se deterioren y se pierdan relaciones afectivas, esto es más que obvio por
la posibilidad de tener problemas de pareja, pero también con los hijos, que
algunas veces quedan envueltos en situaciones complejas y nocivas para ellos. Otro de los riesgos de las infidelidades son
los sentimientos de culpabilidad y angustia por haber engañado a la pareja algunas
veces después de tener relaciones ocasionales o infidelidades la gente suele
replantearse qué hacer con su vida y como seguir con su pareja, esto puede
ocasionar confusión en las metas vitales o dudas existenciales. La consumación
del engaño lo único que hace en esos casos es precipitar la reflexión y el
cuestionamiento respecto de la relación y los objetivos de vida. En algunas
oportunidades pueden surgir fuertes sentimientos de angustia debidos a
convicciones morales o religiosas que conjuntamente con la culpa, pueden
generar un estado depresivo o pérdida significativa de la energía y la
voluntad.
IV.
Celopatía.
La palabra Celopatía, deriva de
“dsélos” que se
refierea envidia
y/o deseo y a “týpos”es modelo, que a su vez deriva de la palabra “celo” que
viene del griego zeín = hervir a
través del latín zelusque significa ardor o pasión por algo y apasionada sospecha
e inquietud de la persona amada ponga interés en otro, rivalidad y objeto de
deseo. Como patología la psicología sostiene
que es una forma de delirio basado en el temor
a la infidelidad de la pareja que excede la respuesta natural ante la
amenaza de perder una relación interpersonal, ya que, que los celos están
presentes en todas las personas, sin distinción de su condición socio-económica
o forma de crianza y manifestaciones en personalidades que aparentemente seguras
de sí mismas.Una de las características que se destaca en las personas celosas es
el rasgo de egoísmo, también tienen una relación con la vergüenza que es una
respuesta natural del organismo. Sin embargo, algunas personas una
vez que los padecen se sorprenden de sí
mismas pues los celos pueden ser sanos cuando la demanda es algo que se debe
hacer sobre una base de equidad con la pareja, generalmente, acuden a este tipo
de conducta que refleja carencias personales muy profundas. Es necesario
mencionar que cuando el celo se vuelve nocivo se está hablando del celo carnal
es cual se expresa en demandas inapropiadas y cuando se ejercen sentimientos enfermizos
porque las demandas no son satisfechas, este sentimiento genera una inseguridad
emocional por perder el dominio o sentir menoscabo en una relación
interpersonal. Los celos se manifiestan ante la
aparición de una situación o persona que el “YO” clasifica como más dominante y competitivo, esto provoca que
el individuo que los padece se sienta vulnerado atrapándolo en una red de
circunstancia intransigente tales como
para privarla de libertad, aislarla, seguirla al trabajo, revisar sus
relaciones externas , buscar evidencia de traición a su pareja. Según el estudio de Egene Mathes de
la Western Illinois University, quien realizó experimentos de campo para
comprobar las hipótesis de Greg White respecto a los celos, el cual consiste
en:
( A)
La persona "celosa"
( B)
La persona "celada"
( C)
El "intruso" que puede ser otra persona conocida o
desconocida.
Debido a dos razones fundamentales:
1. La pérdida de la relación.
Representaría la pérdida de recompensas y beneficios
de dicha relación: (A) la persona celosa ya no podrá compartir momentos de
buena calidad o gratos con (B) la persona celada. Ejemplo: Ya no conversarán,
jugarán o dormirán juntas.
2. La pérdida de la seguridad en sí mismo o autoestima.
Para la persona celada (B) habría que escoger entre la
persona celosa (A) y el intruso (C) y habría optado por el ultimo (C), lo cual
sugiere que el intruso (C) es más importante o mejor que la persona celosa (A).
En la situación de la persona celosa (A) y la persona
celada (B) puede ser creada por el entorno de trabajo, amistades y familia,
aunque no tenga un interés directo en la relación entre ambos (envidia). Cuando
se habla de personas celosas se habla en el contexto de un perfil definido por
la pasión, la ansiedad, el neuroticismo e incluso algo de sadomasoquismo, estas
personas sufren con frecuencia un profundo sentimiento de abandono, que la otra
persona se ha reído de ellos y sus sentimientos, que los utilizando todo esto
como un arma de doble filo de amor a odio en cuestión de segundos y el objeto
de su amor pasa a ser el objetivo de su actual odio, cuando se llega a esta
situación se pueden producir las agresiones físicas y psicológicas. Los
celos llevados al extremo constituyen en una patología autodestructiva, pues el
sujeto vive en un estado de infelicidad
en función de sus miedos y sospechas de engaños, mucha de ellas completamente
infundados y prácticamente no acepta la otra condición real que no sean sus
evidencias que confirman su inseguridad en la relación, estos sujetos pueden
ser hombres y mujeres sin distinción los cuales provocan mucha angustia e
infelicidad y el daño al ser objeto de celo, incluso provocan una respuesta de
agresión desmedida terminando en secuestro, asesinato y agresión física. Existe
alrededor de tres tipos de celos: celos fraternales, celos juveniles y los
celos amorosos este último, es el más común de todos y al que la mayoría lo
asocian muchos filósofos, científicos, religiosos, eruditos y neurólogo los
cuales definen la teoría del “celo” es la envidia y el egoísmo de una persona
atraída al sexo opuesto siendo pretendida por otro individuo de su mismo
género, es decir:
Hombre o
Mujer enamorado/a + mujer o hombre +
otro/a hombre o mujer enamorado/a de la misma mujer o hombre = Celos.
Muchos concuerdan
que los celos del hombre son mucho más fuertes que de los de la mujer, ya que
su cerebro tiene más amplia la hipófisis, que controla este sentimiento, y la
testosterona hace que su instinto de procreación y de protección sus hembras lo
hagan perder más fácilmente la cordura e ingresar a los celos.
I.
Violencia intrafamiliar o doméstica.
La palabra violencia proviene del latín de la cualidad de “violentus”, que viene “vis”
que significa fuerza y “lentus” que
como sufijo tiene valor continuo y
como adjetivo su duración cambia y significa lentitud, es decir, es el que continuamente ejerce violencia. Es la aquella que ejecuta con fuerza o que se
lleve contra la voluntad de la otra persona, este comportamiento violenta
intenta imponer u obtener algo por la fuerza y causa daños físicos y/o
psicológicos a la o las víctimas.
La palabra intrafamiliar está
formada con raíces latinas, sus componentes léxico son el prefijo “intra” que significa “dentro de” y “familia” que significa “familia” más el sufijo
de “ar” que significa “a”. La familia
es una agrupación social más importante
de los seres humanos, se trata de una forma de organización que se basa
en la relación consanguinidad, es decir, filiación entre padres e hijos y en el
establecimiento de vínculos reconocidos social y legalmente, es decir, el
matrimonio, los integrantes de una familia suelen vivir en un mismo hogar y compartir la vida
cotidianamente.
La violencia intrafamiliar es una conducta de agresión en la matriz
familiar, es decir, es una acción que genera un descuido que el integrante de
una familia ejerce contra otro integrante así produciéndole daños físicos y/o
psicológicos. Puede incluir distintas formas de maltratos desde intimación
hasta golpes pasando por el acoso o los insultos, el sujeto violento puede
ejercer su acción contra un solo integrante (madre e hijo/s) o con todo el
resto de los integrantes. Los expertos en este tipo de violencia establecen que
existen diferentes dominaciones comunes que vienen a identifican al
maltratador, las personas que coinciden en estas características:
−
Son individuos muy dependientes a nivel emocional
que manifiestan dicha dependencia a través de la agresión.
−
Se muestran segura de sí mismas, sin embargo, bajo
la imagen que se crean se esconde
ciudadanos que suelen tener problemas de autoestima.
−
Necesitan humillar y acometer la sumisión de su
pareja para sentirse bien y superiores.
−
Tiene celos patológicos.
−
No son capaces de demostrar sus sentimientos.
Ciclo de la violencia.
Según la psicóloga estadounidense Leonor Walker de 1978, que explica la
dinámica cíclica de la violencia conyugal y la razón por la cual muchasmujeres
se quedan atrapadas en dicha relación violenta de pareja. A partir de estas características se generan
al interior del hogar que poseen violencia intrafamiliar se conforman tres
fases diferenciadas:
1.
Fase de
escalada de tensión. Se va produciendo lo que es una acumulación de
tensión donde toman como protagonismo desde los episodios de celos pasando por
faltas de respeto verbales o discusiones fuera de la normalidad.
2.
Fase
violenta. Se produce el episodio agudo de violencia en la que
se manifiesta a través de golpes de manera continua.
3.
Fase luna de miel. Es la cual el
maltratador se calma muestra cierto arrepentimiento e incluso procede a llevar
a cabo continuas muestras de cariño y de amor hacia su víctima.
Por medio de la adaptación del Dr.
C. Gonzales Salamea, médico familiar, de introducción al Estudio de la Pareja
Humana de Clemencia Sarquis del estudio de la violencia intrafamiliar, sostiene
“el 95%
de estos casos consisten en malos tratos del varón hacia la mujer” (Gonzales, Carlos. Introducción al Estudio de la Pareja Humana. Pág. 1), sin
embargo, se indica por varios estudios que existe una igualdad en el
número de episodios violentos consumados por varones y por mujeres, y las
consecuencias de estas agresiones tienen como resultado lesiones y miedo en la
mujer.
También señala que
existe un 5% de los incidentes restantes, la mayoría de los cuales ocurren
entre parejas homosexuales (masculinas o femeninas), incluso este tipo de malos tratos sea incluso más
frecuente que lo observado en parejas heterosexuales, que las víctimas no los
informen y que los médicos no los identifiquen. El objetivo de los malos tratos
es el poder y el control por parte de la persona que los imponen, se observan en
general ocho tácticas utilizadas por los agresores, estas son:
−
Uso de la intimidación
−
Uso de malos tratos
emocionales.
−
Uso del Aislamiento.
−
Negación,
minimización, culpabilización.
−
Uso de los niños.
−
Uso de privilegios
masculinos.
−
Uso de malos tratos
económicos.
−
Uso de la coacción y
amenazas. (Gonzales, Carlos. Introducción al Estudio de la Pareja Humana. Pág. 1)
Las parejas que se
estructuran según un modo violento tienen un modelo relacional específico, con
una pauta repetitiva que abarca a ambos miembros, que son transmitidas por
generaciones y avaladas por el entorno. Quien ejerce la violencia la considera
una respuesta adecuada a una situación originada exteriormente y quien la
recibe la percibe como una acción injusta, inesperada y proveniente de las
circunstancias del agresor.
Sin embargo, una investigadora
estadounidense, Karen Landenburger, la
cual se enfocó sus estudios hacia las mujeres que habían sufrido maltrato
conyugal para entender el proceso deestas al entrar y eventualmente salir de
las relaciones abusivas. Ella identificó cuatroetapas que caracterizan las
experiencias de mujeres en diferentes momentos como unproceso gradual de
sentirse atrapada en una relación violenta, las etapas que señala son:
1.
Etapa de entrega. Al momento de formar
pareja una mujer busca una relación positiva y significativa en ella proyectan
a su compañero cualidades que ella desea tenga él, si él la maltrata tienden a
justificar sus actos y a creer que él terminara el abuso si ella logra
satisfacerlo.
2.
Etapa de aguante. La mujer se resigna a la violencia, con
frecuencia trata de fijarse en los aspectos más positivos de su relación para
minimizar o negar el abuso, de este modo, modifica su propio comportamiento
como un esfuerzo por alcanzar algún nivel de control sobre la situación. En
parte se siente culpable por el abuso y trata de esconder su situación con las
otras personas, se siente atrapada en la relación y sin posibilidad de salir.
3.
Etapa de desenganche. La mujer toma
conciencia de que es una mujer maltratada, una vez que logra poner nombre a su
experiencia puede buscar ayuda, generalmente se desespera por salir de la
situación pero puede temer por su vida o por la de sus hijos e hijas. Su miedo
y enojo puede impulsarla a querer salir de la relación pero este proceso puede
requerir varios intentos antes de conseguirlo exitosamente, ya que, comienza a
reconocer actitudes y comportamientos de su pareja como actos de violencia, en
consecuencia puede demostrarse rechazante y intolerando hacia cualquier actitud
o acercamiento que venga del maltratador.
4. Etapa de recuperación. El trauma de la mujer no termina con salir de la
relación, usualmente pasa por un proceso de duelo por la pérdida de la relación
y una búsqueda de sentido de su vida. Trata de entender lo que su compañero le
hizo, y por otro lado busca explicaciones sobre las razones que le hicieron
quedarse en la relación todo ese tiempo sin arribar a una clara conclusión.
La violencia se
establece como los episodios de violencia se desencadenarán cuando esta
relación complementaria se vea amenazada, el equilibrio estable se rompe y el
poder se impone por la utilización de la fuerza. La combinación de la
desigualdad estructural dentro de la familia y de comunidad, y la aceptación
general de la violencia como un método de resolución de conflicto dentro de la
familia y de la comunidad, constituirían las causas fundamentales de la
violencia doméstica.
Mujeres Maltratadas. Las mujeres
divorciadas o separadas, jóvenes y de clase socioeconómica baja son las que
presentan unas tasas más elevadas de maltrato; sin embargo, la mujer maltratada
no muestra ningún tipo característico de perfil de personalidad premórbida, es
decir, personalidad
caracterizada por signos o síntomas precoces de un trastorno mental. Los
defectos específicos pueden indicar si el trastorno progresará hacia una
esquizofrenia, un trastorno bipolar o cualquier otro tipo de enfermedad. El aislamiento, el
desequilibrio de poder y las conductas alternantes de malos tratos y afabilidad
de la pareja predisponen a que estas víctimas creen unos vínculos emocionales
muy intensos con sus agresores, lo que explica porqué las mujeres maltratadas
deben luchar para separarse emocionalmente de quien las agrede y por qué
regresan tan a menudo con el agresor después de haberlo abandonado.
Varones que
maltratan. Los agresores no
pierden el control, sino que se hacen con él. Las características más
frecuentes de los agresores son la dependencia y los celos de su pareja, la
creencia en los roles tradicionales de cada sexo, una necesidad extrema de
control, hostilidad y dificultad para confiar en los demás, y el rechazo a
aceptar la responsabilidad de sus conductas violentas. El 90% de los varones
que maltratan no tienen antecedentes criminales.
II.
Problemas psicológicos. La palabra problema proviene del griego“problema”, compuesto del prefijo pro=delante y blema=lanzamiento
que literalmente dice: yo arrojo o lanzo con fuerza. Se determina a través
de un asunto o cuestión que requiera una solución. La palabra psicológica proviene del griego, compuesto del prefijo “psyche” que significa “alma” y “logía”
que significa “estudio de”, es decir, estudio del alma. Se aplica a la
situación o suceso que provoca una rápida alteración de la manera de sentir y
de pensar de una persona o de un grupo de personas. Las problemas psicológicos o enfermedades mentales son alteraciones de los procesos
cognitivos y afectivos del desarrollo, consideradas como anormales con respecto
al grupo social del cual proviene el individuo. Se puede tratar de alteraciones
en el razonamiento, el comportamiento, la
facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las condiciones de la
vida.
En
este caso, se identificará la característica psiquiátrica de un parricida ya
que en Chile,
según las leyes establecidas, el que comete parricidio, es decir, homicidio de los parientes consanguíneos en línea recta mate a su padre,
madre o hijo, a cualquier otro de sus ascendientes o descendientes o a su
cónyuge o conviviente pues través de la
investigación de la “Caracterización
psiquiátrica del delito de parricidio”de Galleguillos, Tamara.
Leslie,Andrea. Tapia, Javier yAliaga, Álvaro Aliaga, desde el conocimiento de
que comúnmente existen algunas características entre los parricidas varones los
cuales dependen de la situación específica del delito que ejecutan, la edad,
sexo del victimario y el tipo de victimas, sin embargo, se señala en “Caracterización psiquiátrica del delito de parricidio ” lo
siguiente:
“El perfil de mayor
frecuencia, serían adultos en los que existe una alta prevalencia de patología
psiquiátrica, en especial esquizofrenia y consumo de drogas o alcohol.”
Pag.126.
Es
decir que la característica más identificada en los casos de parricidio de
adultos en la cual existe un mayor porcentaje de patologías psiquiátricas, y en
la más frecuente es esquizofrenia, es decir, es un trastorno de personalidad
que es una variación de esquizoide posee los siguientes indicadores en él
individuo: incapacidad de comunicación, se encierra en sí mismo, sin emociones,
impredecible, una división de la personalidad,ruptura con la realidad y además,
posee delirios, ya sean visuales, físicos y auditivos. Según el estudio
de Cornic y Olie, el típico perfil de un parricida adulto correspondería a:
“(…) La mayoría de
los parricidios son cometidos por varones adultos, en una situación en que hay
una víctima y un victimario (…) Como principales patologías psiquiátricas se
encuentran: esquizofrenia paranoide (56%), trastorno bipolar psicótico (13%), y
trastorno esquizoafectivo (8%) y además hasta un 45% tendría trastorno o
rasgos de personalidad narcisista”. Galleguillos
y otros autores. Caracterización
psiquiátrica del delito de parricidio. Pág. 128. 2008.
III. Femicidio. El término
femicidio (femicide) para referirse
el asesinato de mujeres por el hecho de serlo y cometido por hombres motivado
por el odio, desprecio, placer o un sentimiento de propiedad sobre ellas, a
partir de este término nombran estos crímenes en su especialidad, en 1992 Diana
Russell y Jane Radford clasifican las distintas formas de violencia de género
que padecen las mujeres y que se manifiestan con un progresivo terrorismo
sexual, se señalan que estos actos violentos que acaban en asesinatos o muerte
de las mujeres son feminicidios, es decir, representa el extremo de un continuo
terror anti-femenino que incluye una amplia variedad de abusos verbales y
físicos, las cuales son:
Ø Prostitución.
-
Violación.
-
Tortura.
-
Esclavitud sexual.
Ø Por teléfono, en las calles, en la oficina y en aulas.
-
Abuso infantil incestuoso o extra-familiar.
-
Golpizas físicas y emocionales.
-
Acoso sexual.
Ø Clitoridectomia, escisión e infibulaciones.
-
Mutilación genital.
Ø Histerectomías
-
Operaciones ginecológicas innecesarias.
Ø Por la criminalización de la contracepción y del aborto.
-
Heterosexualidad forzada.
-
Esterilización forzada.
-
Maternidad forzada.
-
Psicocirugía.
-
Negación de comida (según cultura)
-
Cirugía plástica
-
Otras mutilaciones en nombre del embellecimiento
Legalmente constituye
parricidio y en Chile no existe como figura legal por este delito se
puede observar en distintas situaciones, sin embargo, el más frecuente es el
femicidio íntimo, es decir, el cometido por hombres con quienes la víctima tuvo
una relación íntima: familiar, de convivencia, cónyuge, ex pareja, entre otras.
Este tipo está asociado en forma importante a una historia de violencia previa
y abuso de alcohol y drogas. Otras categorías de femicidio incluyen: femicidio
no íntimo, femicidio con agresión sexual, femicidio por causa social y
femicidio masivo.
En Chile, legalmente,
comete parricidio el que, conociendo las relaciones que los ligan, mate a su
padre, madre o hijo, a cualquier otro de sus ascendientes o descendientes o a
su cónyuge o conviviente. Es un delito
poco frecuente, siendo alrededor del 4% de los homicidios. La violencia contra
la mujer se encuentra situada en las construcciones de poder que ordenan las
relaciones sociales entre mujeres y hombres, las que están asociadas a las diferencias biológicas entre los sexos,
naturalizan roles y funciones, posiciones y jerarquización social asignados
según la condición genérica.
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